El cabecero de cama no es solo un complemento, es la pieza que cambia por completo la estética y la comodidad del dormitorio. En Santiago de Compostela, cada vez más personas buscan cabeceros que no solo decoren, sino que también aporten confort en el día a día.
Ya sea un cabecero tapizado, uno clásico capitoné o diseños modernos y minimalistas, lo cierto es que este detalle convierte la cama en protagonista. Un cabecero bien elegido hace que la habitación tenga personalidad y se sienta más acogedora.
Los cabeceros tapizados son los favoritos de quienes buscan comodidad y estilo en un solo mueble. Al estar acolchados, resultan perfectos para leer, ver una serie o simplemente apoyar la espalda con suavidad. Además, se pueden elegir en diferentes telas y colores, lo que permite personalizar la habitación con un acabado elegante y cálido.
El cabecero capitoné es todo un clásico. Reconocible por su tapizado con botones, aporta un aire sofisticado y atemporal al dormitorio. Es muy elegido en camas de 135 y 150 cm porque da ese toque de elegancia que nunca pasa de moda.
Los cabeceros modernos apuestan por líneas sencillas, acabados minimalistas y colores neutros. En pisos de Santiago son tendencia porque logran un ambiente luminoso y ordenado, perfecto para dormitorios más actuales. La clave está en que decoran sin recargar.
Estética única: transforman el dormitorio y convierten la cama en el centro de la habitación.
Protección para la pared: evitan marcas y rozaduras detrás de la cama.
Adaptables a todas las medidas: disponibles en cabeceros de cama 105, 135, 150 y más.
Variedad de estilos: desde cabeceros de cama modernos hasta capitoné clásico o madera natural.
Depende del estilo y del uso. El tapizado es ideal para comodidad, el capitoné para un toque elegante y los de madera para quienes buscan naturalidad y resistencia.
El moderno suele ser más minimalista, con líneas rectas y colores suaves. El clásico, como el capitoné, aporta un aire elegante y más llamativo. Ambos son cómodos, la elección depende del estilo de tu dormitorio.
Es muy útil: protege la pared, evita roces, da comodidad para apoyar la espalda y, además, aporta calidez al dormitorio.