El colchón de látex tiene algo especial. Quien lo prueba suele notar una sensación elástica y viva, distinta a otros materiales. Es ese tipo de colchón que acompaña cada movimiento con suavidad, sin hundirte demasiado, pero dándote la flexibilidad justa.
En Santiago de Compostela lo recomiendan mucho quienes buscan un descanso más natural y fresco. El látex respira bien, algo que se agradece en un clima húmedo como el nuestro, y además es un material que transmite durabilidad. No es raro escuchar historias de clientes que llevan años durmiendo en látex y siguen diciendo que se sienten igual de cómodos que el primer día.
El látex natural es elegido por quienes valoran dormir sobre un material que conecta más con la naturaleza. Tiene un rebote muy agradable y se adapta con suavidad al cuerpo. A la vez, ofrece una ventilación constante que evita el calor acumulado, lo que lo convierte en una opción ideal para dormir profundamente durante todo el año en Galicia.
Flexibilidad y movimiento libre: acompaña tus giros sin resistencia.
Alta transpirabilidad: perfecto para climas húmedos como Santiago.
Material natural y duradero: diseñado para mantener su forma con el paso del tiempo.
Silencio absoluto: cero ruidos al moverte, lo que hace que el descanso sea más continuo.
Un colchón de látex puede durar entre 8 y 12 años si se cuida bien. Es un material resistente, que mantiene su elasticidad y comodidad durante mucho tiempo. Lo hemos visto en muchos clientes de Santiago que vuelven a Sleepers después de casi una década, no porque el colchón haya dejado de servirles, sino porque quieren probar nuevas sensaciones. La clave está en usar una base adecuada y ventilarlo con regularidad.
Es una duda muy común. El látex, al ser un material natural, tiene una estructura que permite que el aire circule mejor de lo que muchos imaginan. En Galicia, donde la humedad es protagonista, se agradece esa transpirabilidad. No da la misma sensación envolvente que la visco, sino una más fresca y ligera. Eso sí, elegir una buena funda y base también ayuda a mantener la temperatura estable.
Ambos tienen su encanto. El colchón de látex es más elástico y flexible, ideal para quienes se mueven mucho durante la noche. El colchón viscoelástico, en cambio, ofrece esa sensación de abrazo suave que alivia la presión en hombros y caderas. La decisión depende de tu forma de dormir: si quieres libertad de movimiento, el látex suele ser la mejor elección; si prefieres sentir que el colchón se adapta a ti, la visco puede ser tu compañera perfecta.