Un buen equipo articulado se compone de un colchón de núcleo flexible (látex, visco, HR) y un somier que potencie sus propiedades físicas para el descanso. De ahí que en muchos casos estas estructuras parten de materias nobles, como la madera, que aporta beneficios naturales a nuestro descanso (regulación de humedad, flexibilidad, elasticidad…) Las rótulas o suspensiones, las láminas, los herrajes, los motores, todo tiene vital importancia para que la combinación de todos los elementos forme un equipo en sintonía adaptado a las diferentes partes de nuestro cuerpo. Una cama articulada nos permite disfrutar en ella de más actividades además del sueño: ver la televisión, leer un libro, desayunar…